Terapia Presencial
La terapia presencial sigue siendo la modalidad más empleada para el tratamiento psicológico. Esta permite una mayor cercanía entre paciente y profesional, y es que son muchas las ventajas que ofrece frente a otros tipos de intervenciones:
Metacomunicación. Un aspecto fundamental en la terapia son las señales y símbolos que, ineludiblemente, aparecen acerca de la propia comunicación entre terapeuta y paciente. Este aspecto es indispensable para alcanzar un nivel de comunicación humana hondo; si bien es importante escuchar lo que el paciente dice en su discurso, aún aporta más información lo que la persona muestra a través de otra vía de comunicación, la no verbal.
Calidez. Que terapeuta y paciente compartan el mismo espacio físico podrá aportar mayor cercanía y calidez al proceso terapéutico dado que no hay ningún elemento necesario para poder establecer dicho acto comunicativo (ordenador, teléfono, red-wifi…), sino que con la mera presencia de las dos personas (o más en casos de terapia de pareja o familiar) puede iniciarse la terapia.
Lugar seguro. Pese a la creencia de que no existe un lugar más seguro que el hogar de uno mismo, en términos terapéuticos no ocurre de este modo. En primer lugar, y como se ha señalado anteriormente, porque el hogar podría resultar un refugio disfuncional en los casos en los que el paciente muestre grandes sentimientos de vergüenza de sí mismo, depresión, agorafobia, miedo a establecer relaciones con otros, etc. En segundo lugar, por las disrupciones que pueden acaecer en casa, por ejemplo, que llamen a la puerta mientras se está en sesión, que llamen por teléfono, que haya otras personas en la casa que impidan la total libertad de expresión, etc. En una sesión presencial, esto no ocurre dado que, durante la sesión, el espacio pertenece completamente al paciente sin lugar a que otros puedan producir molestias.
Fluidez. Conocerse mutuamente de manera física, saber cómo es la otra persona ayuda a que las sesiones sean más fluidas.
Estos son algunos beneficios o ventajas de ir a terapia psicológica:
Te ayuda a sentirte mejor contigo mismo: porque trabajas tus limitaciones y conocerás tus fortalezas.
Mejoras tu autoestima: el psicólogo te ayuda a aumentar la seguridad en ti mismo, a aceptarte como eres y a afrontar mejor tu situación.
Se aprenden técnicas para manejar los problemas del día a día cuando no sabes salir de una situación frustrante o dolorosa.
Superas traumas y experiencias difíciles: el psicólogo te ayuda a superar situaciones que te han marcado en el pasado, traumas y experiencias dolorosas.
Consigues armonía personal y con los demás que te rodean: mejoras las habilidades de autocontrol y comunicación, mejoras las relaciones interpersonales tanto en la pareja, familia y amigos.
Te ayuda a cambiar las creencias limitantes. Una misma situación puede ser vivida de forma distinta por cada persona. La terapia te ayuda a identificar, analizar, poner a prueba o modificar, en caso necesario, aquellos patrones de pensamiento desadaptativos que te están haciendo daño.
Mejoras tu bienestar emocional: porque abordas problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad, el estrés, aliviando los síntomas y mejorando tu calidad de vida.
Confidencialidad. Lo que el paciente narre a su terapeuta será confidencial, la información estará segura.
Entorno de honestidad y confianza: el psicólogo te va permitir expresar sin temor los problemas y sentimientos que consideras más delicados. No te va a juzgar.
Asesoramiento profesional: el psicoterapeuta tiene amplios conocimientos sobre la mente y la conducta humana. Estudia cada caso particular y trabaja a partir de las creencias, hábitos y contexto de vida de la persona que acude a terapia.
Empoderamiento frente a la vida: el psicólogo quiere que tú mismo aprendas y adquieras nuevas habilidades útiles para que no dependas de él en un futuro.